Las historias nos ayudan a integrar mejor la información, a empatizar y comprender mejor. Por eso en esta minitemporada no podía faltar un episodio dedicado a la historia de las personas que somos multipotenciales.

Compartiré mi propia historia como multipotencial y las historias de otras personas que he conocido que son multipotenciales.

Para que, si eres una persona multipotencial no te sientas sola y si conoces a alguien que lo sea puedas comprender las distintas realidades que pueden estar viviendo.

Recuerda que tienes todos los episodios de esta mini temporada recopilados en este artículo.

Cada año elijo una temática focal sobre la que divulgar y compartir contenidos de manera transversal, empecé hace 2 años con el pensamiento crítico para seguir al año siguiente con la neurodivergencia. Me permite profundizar en ese área y trabajar el enfoque transversal de mis contenidos. Aunque principalmente hable de mi actividad profesional, branding y personal branding, el contenido siempre se sazona con estos temas focales anuales que me propongo.

Ese segundo año hablando de neurodivergencia me empoderó mucho en este sentido, sin embargo no hace muchos días que me he dado cuenta de que quizás estoy sesgando la información por eso mismo. No he hablado mucho de la parte más oscura, de la parte más compleja, la más dolorosa… Lo he hecho parcialmente consciente, porque ¿qué crees que piensa el público general sobre las personas neurodivergente?

Poca cosa buena.

Pero no con argumentos de peso sino por mitos y mala información.

La multipotencialidad, desde mi perspectiva, es también una neurodivergencia ya que condiciona el modo en el que procesamos la información, el modo en el que pensamos y el modo en el que actuamos.

Es cierto que no es lo mismo tener solamente esta neurodivergencia de la multipotencialidad que tener a otras que se sumen, como en mi caso las altas capacidades y la alta sensibilidad. Todo se complica. Sin embargo cualquier neurodivergencia es un añadido complejo a la vida a nivel sociocultural.

En general, ser parte de una minoría siempre ha sido más complejo. Las personas diferentes pueden destacar pero no ser populares. Es decir, aunque no quieras llamar la atención terminas haciéndolo.

Por eso la mayoría de las personas neurodivergentes suelen vivir incómodas en su propia piel e intentan desarrollar formas de encajar social y culturalmente. Por eso y porque no se nos entiende. Pero la discriminación por “ser diferente” no es nada nuevo verdad?

Vídeo recomendado por Jorge Bosch Alés

Empezaré con mi historia.

Ya desde pequeña recuerdo interesarme por actividades diferentes. Recuerdo que en un verano, en casa de mi abuela y abuelo, por la mañana a la fresca veía la serie XENA “La princesa Guerrera”, me encantaba.

La protagonista y su amiga y compañera de aventuras eran «las buenas» y luchaban contra «los malos». Xena con una espada pero su amiga lo hacía un palo de combate que me asombraba cómo manejaba. Me gustaba tanto que quise experimentar y le pedí a mi abuelo que me diera una caña de tantas que tenía, la pinté y barnicé y me pasé semanas practicando, de forma totalmente autodidacta, a manejar la caña moviéndola, girándola, golpeando troncos de árboles…

También pasé semanas golpeando una pelota de futbol contra la pared para mejorar el tiro, y otras andando en bicicleta para mejorar mi velocidad y precisión en las curvas… y obviamente también dibujaba, coloreaba… y recuerdo siempre con mucho cariño aquellos fines de semana con mi padre, que siempre tenía alguna mejora que hacer en casa o algo que preparar, sino estaba creando cuadros y hasta llegué a pedirle que me enseñara a hacer una casita de juguete de madera con tablas, y la hice, me enseño a serrar, tratar la madera para los marcos de los cuadros, pintar fuera una pared o fuera la casita, los marcos de los cuadros…

En la infancia solemos estar abiertas a muchas y diferentes actividades, pero recuerdo de manera muy presente lo que me encantaba experimentar, aprender… También me encantaba ir de senderismo, gimnasia rítmica y ya cuando fui creciendo también saqué elemental de música en el conservatorio, 4 años aprendiendo solfeo, canto y clarinete.

Durante la adolescencia empecé a escribir poesía y como Internet había nacido y lo teníamos en casa empecé a entrar en los chats de mIRC, un chat donde podías hablar con otros usuarios de todo el mundo. Existían tantas salas de chat como quisieras ya que cada persona, con ciertos conocimientos de código, podría crear salas. Muchas personas de mi época entraban al mIRC solo para bromear, conocer gente nueva… Yo me tiraba horas recitando poesía y leyéndo la de otros miembros, en un canal de esta temática. En este micromundo que casi nadie conocía yo desplegaba mis intereses literarios y de poesía, con 15 y 16 años. Hasta se publicó uno de mis poemas enun libro de recopilación de los más votados del canal. En esa época leía mucho, en 2 áreas, filosofía y literatura surrealista como Alejandra Pizarnik o cruda como la de Charles Bukowski.

También empecé a pintar cuadros abstractos y ya en bachillerato siempre recordaré cómo la profesora de bachillerato de dibujo nos propuso a mí a un buen amigo mío de aquella época que cogiéramos los materiales que quisieramos en una librería que íbamos a presentarnos a un concurso de pintura rápida.

Nunca fui a clases de pintura ni de escritura, pero gané ese concurso de pintura rápida junto a mi amigo y otro chico más.

Plena adolescencia y una gran orientación artística con gran pasión por la música, compañera de días con todas sus horas… pero poco centrada en los estudios ya que no conseguía aprobar. Quise estudiar arquitectura durante un tiempo pero pronto se me pasó y me decidiera a estudiar psicología pero… no conseguía aprobar bachillerato, no estaba centrada, era una adolescente bastante frustrada y descentrada.

Por eso abandoné los estudios y me puse a trabajar. Recuerdo esa época como un stand by en mi vida, solamente trabajaba y socializaba.

Vivía pensando que era mala estudiante… pero llegó los 19 – 20 años y decidí darme una última oportunidad, para sacar algún título y me matriculé en un ciclo medio de gestión administrativa. No me interesaba para nada la temática pero no tenía muchas más opciones y ahí que fui.

Para mi sorpresa aprobaba con buenísimas notas. Más centrada en mi vida y con ganas de hacer lo que estaba haciendo a pesar de que no me apasionaba la temática.

Pagando todo con el paro y el subsidio porque era independiente, aunque tuve siempre el apoyo de mi madre.

Cuando finalicé ese ciclo con tan buenas notas mi mundo de opciones se amplió y me sentí más capaz. Seguía deseando estudiar psicología pero como no tenía bachillerato tenía 2 opciones, o realizar bachillerato o sacar la prueba de acceso a ciclo superior y una vez superado acceder a la universidad. Aunque se me hacía cuesta arriba pensar en más de 8 años formándome y trabajando a la vez, porque quería ser independiente, me puse a ello.

Paralelamente a todo esto, desde los 15-16 años empecé a trabajar en otro proyecto propio, cree un blog anónimo donde compartía mis poemas.

Eso me llevaba a querer aprender sobre competencias digitales, código web y diseño, pero esto siempre fue como un proyecto “secreto” porque nadie a mi alrededor, en mi entorno, hacía nada de esto y no lo compartía.

Preparárme para la prueba de acceso a ciclo superior me decían que no iba a ser fácil, me apunté en una academia en cuando lo decidí pero faltaban 3 meses para el examen y esos cursos de preparatoria suelen durar entre 6 y 9 meses. Con el curso a la mitad el profesorado fue muy transparente, no iba a ser fácil.

Igualmente tenía que intentarlo para no seguir perdiendo años.

Para mi gran sorpresa fui de las 7 mejores notas entre 10.000 personas presentadas al examen, y es por eso que en la academia me otorgaron una mención de honor.

Aprobé pero gané mucho más que eso.

Los comentarios de tantos años de mis profesoras y profesores pasados que resonaban en mi cabeza con un “es muy lista pero es muy vaga, tiene que estudiar más” y mi propia creencia de que no sería buena estudiante se disiparon.

Por fin creía en mis capacidades.

Me matriculé al ciclo superior de educación infantil a distancia porque quería seguir trabajando, y así hice, saqué el ciclo en 3 años pero además paralelamente me apunté a muchas formaciones universitarias a distancia sobre psicología, coaching, … y seguía dedicando muchísimas horas a mis proyectos online, la comunicación, el diseño, el marketing, producción de vídeo…

Pero justo en los exámenes finales del último año del ciclo estaba trabajando en jornada partida en un trabajo que poco me motivaba y el estrés y la ansiedad me pusieron freno.

Como era muy autoexigente y no quería fracasar lo pasé mal un par de meses hasta decidir dejar el trabajo para centrarme en los exámenes finales y seguir creciendo.

Mi psicóloga por esa época me preguntó que por qué no emprendía ya que muchas personas me contactaban para solicitar mis servicios como diseñadora.

Que ella me preguntara ¿Por qué no? Hizo que también me lo preguntara yo.

No veía mejor manera de seguir aprendiendo y trabajando sin que eso me estresara tanto, porque disfrutaría de todo lo que hacía y tendría más oportunidad de mejor organización.

Y así fue.

Desde entonces he seguido ampliando mis conocimientos en todo aquello que me interesaba. Por un lado todo lo relacionado con el desarrollo personal y la conducta humana, psicología, nutrición, deporte, ejercicio físico, comunicación, relaciones,… por otro mis intereses artísticos, leyendo, aprendiendo scrapbooking, dibujo digital, lettering, … y por otro todo aquello que pude relacionar con mi trabajo, que además de esos propios temas de desarrollo personal también fueron el marketing, el neuromarketing, diseño gráfico, diseño web, branding, marca personal, creación de contenidos, estrategias de comunicación y marketing, y profundizando en aquellas áreas de más interés para mí pero solo hasta el punto en el que me resultaba práctico. Por no mencionar otros muchos intereses más superficiales o experimentales, que son muchos, como la cocina saludable, el maquillaje minimalista, el cuidado de la piel, la costura, los puzzles,…

También he impartido talleres de verano de creatividad para niños y niñas durante un par de años, porque la educación infantil y la educación en general me apasionan hasta tal punto que creo que es lo más poderoso para la mejora del mundo, una buena educación. Siento una gran conexión entre la psicología y la educación, prácticamente disciplinas indivisibles desde mi manera de entenderlo, ya que en educación el desarrollo cognitivo es muy importante.

Además durante mi vida he aprendido y practicado ballet, baile moderno, pilates, yoga, spining, gimnasia rítmica, … he escrito un libro que ya conoces y 3 poemarios que no he publicado nunca.

Ántes de emprender he trabajado limpiando y planchando en una casa, como dependienta de tiendas de moda, en restaurantes, en cafeterías, en juguetería, en mueblería, en gestoría, en una agencia de viajes organizados para personas jubiladas y en la biblioteca municipal con actividades para niños y niñas.

Si analizo mi vida en términos de aprendizaje de conocimientos he sido muy instintiva e intuitiva, práctica y adaptativa a la vez que he integrado siempre todo lo que aprendía.

De esta manera me ubico como multipotencial simultánea, sin lugar a dudas.

Sigo manteniendo prácticamente los mismos intereses y curiosidades que en la etapa final de mi adolescencia y en mi caso particular nunca me importó qué pensara de mí la gente ni me presionaba tener claro qué quería hacer porque vivía más en el hoy que en el futuro.

Lo que sí me ha frustrado siempre ha sido el tiempo. Como siempre tenía muchos intereses siempre he sentido que el tiempo no me llegaba para poder llevar a cabo todos los proyectos que quería desarrollar,

Por eso lo que más me ha ayudado como persona multipotencial han sido 2 cosas.